Temprano, muy temprano estaba frente al espejo. En alguna parte, en algún rincón, en frasco de frágil cristal... su esencia.
La misma que le hizo equivocar, la que le hizo aprender y olvidar, la que le hizo odiar y amar.
Allí estaban el niño de espíritu inquieto, el adolescente revolucionario, el joven inexperto y el maduro respetado.
Los mismos sueños, los mismos pensamientos, las mismas equivocaciones, los mismos aciertos, sus virtudes y sus defectos...
...Pero a pesar de los años el reflejo no le devolvió el rostro de un extraño.
1 comentario:
"Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos."
Saramago, "Ensayo sobre la ceguera", 1995.
Gracias Ruterosolitario por seguir escribiendo y compartiendo.
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