miércoles, 6 de mayo de 2009

45.- DEJA VU


DÈJÁ VU.

Cuenta la leyenda que a un viejo motorista se le apareció el demonio de la carretera. Cayó al suelo y una de sus alforjas se rajó esparciendo los cientos de regalos y abalorios que llevaba en ellas. Comenzó a arrojar todo lo que estaba al alcance de su mano para tratar de ahuyentar al angel negro… hasta que cojió una de las pequeñas campanas que llevaba y comenzó ha hacerla sonar…
No muy lejos de allí un para de motoristas que se contaban batallas a la luz de la hoguera oyeron aquel sonido, y extrañados fueron a ver que era… el rugir de sus motores y su presencia hicieron que el demonio de la carretera saliera huyendo. Como muestra de agradecimiento el viejo motorista cortó un par de tiras de su alforja rota y ató una campanilla a cada uno de sus salvadores en señal de agradecimiento y amistad, diciéndoles que a partir de ahora estarían protegidos de los demonios de la carretera…

Dèjá vu tenía la extraña sensación de haber vivido esa historia en otro tiempo, quizás en otra vida. El caso es que ahora estaba tumbado boca arriba en la salida de aquella curva maldita, apenas podía moverse, y en sus manos tenía una pequeña campana negra que alguien le había traído desde los infiernos… Hizo un esfuerzo y abrió los ojos… pudo escuchar la sosegada respiración de su compañera… se incorporó y pudo ver la cunita de su pequeña… putos sueños… apenas recordaba lo soñado… llevaba meses planeando aquel viaje, la ruta mas revirada lejos de autovías y de áreas de servicio. Salió en silencio para no despertar a ninguno de sus hijos… para encontrarse con su amante de dos ruedas….
Ella siempre le estaba esperando sin ningún reproche, le gustaba imaginar que era una maquina del tiempo capaz de transportarle a cualquier lugar del mundo… sonaba y olía a libertad.
Dèjá vu se puso en marcha, le encantaba rodar en soledad y encontrar gente en el camino. Pero ese día cambiaría su suerte… por que detrás de una curva maldita le estaba esperando la muerte…
… Tras arrastrar varios metros quedó tumbado boca arriba en la carretera… una de sus alforjas se rajó esparciendo los regalos y abalorios que llevaba en ellas… entonces volvió aquella extraña sensación de haber vivido esa historia, en otro tiempo… en otra vida... Soñó… pensó o imagino que era una padre de familia… putos sueños… incluso le parecía escuchar la sosegada respiración de su compañera… vió la cunita de su pequeña y la cama de sus niños… era tan real la visión que hasta susurró sus nombres… Dèjá vu por mas que lo intentara no podía incorporarse y supo que jamás abriría los ojos… por que desde el infierno una campana negra le había puesto en las manos el Angel Negro.