martes, 11 de octubre de 2011

80.- UN PAIS DE LIBERTAD




UN PAÍS DE LIBERTAD

Un país moderno…en el que los niños están protegidos al fin, y han dejado de ser “hijos de la gran puta que no se están quietos y no echan cuenta de ná” a ser “hiperactivos con déficit de atención”.
Que pueden denunciar a sus padres si estos le levantan la mano, y a sus profesores si se pasan con la tarea.

Donde los adolescentes ya no son unos guarros que ignoran que en su cuarto, bajo la ropa sudada hay una silla. Si no chavales que tienen el “síndrome de Diógenes”.

Un país seguro…gracias a que nuestros gobernantes, a los que podemos votar, se han dejado la piel para que ningún engendro mecánico circule por las carreteras. Donde puedo elegir la ITV a la que llevar mi hierro, o rodar por la carretera en la que voy a ser multado.

Un país limpio… en el que nuestras mascotas, con su respectivo microchip en la oreja y operada de las cuerdas vocales para no molestar al vecino con los ladridos, no ensucian nuestras calles gracias a los edictos municipales.


Un país deportivo… poblado de campeones del mundo en todas las modalidades, y en el que tenemos derecho a pesar de no tener trabajo a discutir las jugadas de nuestro equipo preferido.

Un país televisivo… donde la infinidad de cadenas te da la oportunidad de que todos tengamos nuestro minuto de gloria.

Un país de oportunidades… en el que podemos elegir pasar el día en la cola del paro, en la de la seguridad social, en la de correos, o en nuestra oficina de recaudación preferida.

Un país sin discriminación…donde podemos subirnos a una carroza y expresar nuestra tendencia sexual libre y cívicamente.

Un país sin humos… en el que puedo fumar a 50 metros del columpio que elija.

Un país moderno, seguro, limpio, deportivo, televisivo, de oportunidades, sin discriminación, sin humos… Un país de Libertad…

… en el que por encima de todas las leyes aun me está permitido pensar.

sábado, 24 de septiembre de 2011

79.- EN EL FONDO DE MIS ALFORJAS

EN EL FONDO DE MIS ALFORJAS

En el fondo de mis alforjas llevo dos pétalos de la rosa de los vientos,
unas gotas de lluvia, un puñado de niebla, unas cuantas curvas y un montón de encuentros.

Llevo el frío de la mañana, el sol de la tarde, la negra noche y la oscura madrugada.

En el fondo de mis alforjas llevo la amistad, unas cuantas herramientas y un pedazo de libertad.

lunes, 29 de agosto de 2011

78.- TATUAJES EN EL ALMA

TATUAJES EN EL ALMA

Voy viendo viejas fotos de papel que con el tiempo se han vuelto amarillas, y en las que apenas me reconozco.

El tiempo va pasando muy a pesar de todo, marcando en el rostro, en el pelo, en el cuerpo… su implacable compás.

El tiempo va pasando muy a pesar de todo y no hay quien lo detenga, dejando atrás latido a latido todo lo que has hecho y lo que dejaste por hacer…lo que has querido y odiado…Lo que soñaste y lo que no… Los que ya no están… los que se fueron… los que llegaron mas tarde… los que siempre y los que nunca volverán… Todo va quedando en algún rincón de tus adentros… en las comisuras de tus labios…en tu frente…en la profundidad de tus ojos… en tus recuerdos… marcando cada arruga… cada cicatriz…

El tiempo va pasando y no puedo hacer nada más que ver como me gana la partida.

El tiempo va pasando y mientras sigo apostando, sus agujas a fuego lento van gravando con cada cana TATUAJES EN EL ALMA.


martes, 16 de agosto de 2011

77.- RODAR


RODAR

Rodar primero esta bien. Sabes que te seguirán hasta las mismísimas puertas del infierno. Por los espejos vas controlando al resto del grupo, tirarás o aflojarás cuando tengas que hacerlo. Pararás si alguno se para. Mas tarde frente a un café o una jarra de cerveza, te dirán lo cabrón que eres por haber tomado el camino equivocado. Por coger aquella carretera cortada que no llevaba a ninguna parte, por elegir la ruta mas larga. Pero sabes que volverán a seguirte.

Rodar en medio esta bien. Te sientes arropado mientras sigues a tus compañeros, y responsable de los que vienen tras de ti.

Rodar el último esta bien. Desde atrás puedes ver el hermoso baile de tumbadas en las curvas, y sabes que siempre te esperaran.

Rodar en solitario esta bien. Sabes que donde te lleve el viento siempre habrá alguien con quien cruzarte, alguien que tal vez sepas quien eres o tal vez no. Alguien que te mandará VSS, ráfagas y buenas vibraciones.
Sabes que siempre habrá alguien en tu misma dirección. Alguien con quien más tarde, frente a una taza de café o una jarra de cerveza, entablarás amistad. Alguien con quien quizás compartas kilómetros, vivencias o averías en una remota cuneta. Alguien que sin conocerte parará a echarte una mano cuando mas lo necesites.

Rodar primero… rodar en medio…rodar el ultimo…rodar en solitario… Rodar, rodar y rodar…

lunes, 18 de julio de 2011

76.- TODO QUEDA ATRAS


TODO QUEDA ATRAS

Otra vez me esta esperando en silencio, subo a su lomo y sin un solo reproche me responde. Otra vez la carretera, atrás quedan los malos rollos. El puto trabajo, los putos empresarios que no pagan a sus empleados y que quedan impunes declarándose en suspensión de pago. Los políticos carroñeros. Las pancartas de voces desesperadas que piden lo suyo. La puta guerra del dinero. El hambre, el odio, la venganza, el sudor y las lágrimas. Atrás queda una vieja canción, un recuerdo, viejas ilusiones y sueños. Un concierto, una bronca, una sonrisa... Atrás se quedan las obligaciones. Atrás queda la puta diabetes que lejos de endulzar me amarga la sangre. Atrás se queda todo, todo lo vivido y por vivir, al menos durante un breve espacio de tiempo…

El sol apenas ha despertado y delante del manillar solo tengo el negro asfalto para llegar a ninguna parte. Me niego a mirar los espejos para que todo siga quedando atrás. La línea blanca marca el destino sin rumbo, no se que sierra atravesaré, ni en que venta pararé, tal vez en una curva para encender un cigarro, tal vez ni siquiera pare … pero se que volveré…Volveré a los malos rollos, al puto trabajo, a los putos empresarios, a los políticos, a las pancartas, a la guerra, al hambre, al odio, a la venganza, al sudor y las lagrimas, volveré a las ilusiones y los sueños, a la obligaciones, a mi dulce o amarga sangre… volveré a todo … pero deja que esta mañana en que sopla el viento de poniente… todo se quede atrás mientras voy buscando el sol naciente.

miércoles, 6 de julio de 2011

75.- EL ANTIGUO TESTAMENTO.

EL ANTIGUO TESTAMENTO


Dice el antiguo testamento:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.
Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día…

En el principio dios creo los cielos y la tierra… ¡Y UNA MIERDA!

En el principio OTTO creo el motor de combustión interna y esa fue nuestra religión.
Y de las ciudades desapareció la mierda de caballo y los caminos se transformaron en negro asfalto…
Y se llenaron de hierros con ruedas, y el hombre descubrió el sonido, el olor y el sabor de la libertad...
Y tuvo libre albedrío el hombre, para buscar su camino sin ser esclavo del destino…
Y al ponerse el primer hierro en movimiento fue el día en que nació el viento...
Y se derribaron las fronteras, porque el hombre quiso ver que había al otro lado de la carretera…
Y no hubo artista, ni pintor, ni poeta, ni sabio, ni curandero… que pudiese plasmar sobre un lienzo la belleza de ese sentimiento…

En el principio OTTO hizo realidad un sueño y no se basó en un puñado de mentiras como el antiguo testamento.

lunes, 30 de mayo de 2011

74.- FOSFOROS DE SEGURIDAD


• Sin azufre: evita el riesgo de la lluvia acida
• Cartón reciclable: disminuye la deforestación y ahorra energía.
• Madera de álamo temblón: sus bosques se reproducen naturalmente, manteniendo el equilibrio forestal.

Tenía en sus manos una caja de cerillas que había cogido en la tienda de bricolage, y al igual que el mundo que le rodeaba no entendía nada. ¿Lluvia acida?, el único acido que conocía antes de perder la conciencia era el que venía en unos cartoncitos plastificados, y que a pesar de proporcionar viajes nunca le gustó tomar. Aquello de viajar estando quieto nunca le llamó la atención. ¿Deforestación?¿Ahorro de energía?¿Reciclable?¿Equilibrio forestal?... Encendió un pitillo y tragó una bocanada de humo, una señora que pasaba con un carrito de bebé le miró acusadoramente como si estuviese cometiendo un delito. ¿A que mundo había venido a parar?.¿De donde habían salido aquellas palabras?¿MP3,GPS, MEGA, ADSL, FACCEBOOK, TWUITER, TWENTY...? ¿Bajar música?, bajar música era cuando el colega del tercero te prestaba un vinilo. ¿Chatear? Aquello debía de ser operar a un boxeador de la nariz. ¿Bichear? Tenía que ser matar bichos, o sacárselos de la nariz. La gente estaba loca, hablaban de cosas que no existían, se encerraban en grandes salas para montar en bici, sudar y no recorrer ni un solo kilómetro. Los niños jugaban al futbol delante de una pantalla cuadrada en vez de hacerlo en la calle con una pelota.

No entendía como podía ser tan difícil comprar un bote de leche… desnatada, semidesnatada, con omega 3, de soja, con isaflovonas. O comprar cerveza… sin alcohol, 0,0, Light, con sabor manzana… mientras una maraña de estanterías le miraban fijamente. No entendía nada de nada en aquel extraño mundo en que había despertado. Las sesiones con el psiquiatra para hacerle volver al mundo actual no habían servido de nada. No entendía aquella bandada de canales televisivos que se pegaban entre si para hacerles preguntas, ni mucho menos entendía por que le pagaban tanta pasta por apenas decir nada. Muchos de los países que estudió de pequeño ya no existían, y en su lugar había otros nuevos de nombres impronunciables. Todo había cambiado, hasta su viejo barrio parecía nuevo…

Recordó el día de la caída… corría el año 84, por aquel entonces siempre había algo en que currar, y su habilidad para destripar todo aquello que llevase tornillos y hacerlo funcionar le hacia sentir el rey del barrio. Con sus apenas 20 años su flamante 400 que venía del imperio del sol naciente y de la que había dado buena cuenta con el spray negro mate. Con la chupa de cuero y pasta en el bolsillo, tenía todo el fin de semana para vivirlo. Para visitar todos los garitos de la costa y tirarse a alguna niña pija después de acojonarla por aquellas carreteras. Los macarras con el puntito canalla siempre gustaron a las niñas bien, y en la época en la que los chavales, como mucho podían tener una puch cóndor, el llevaba su ruidosa japonesa con alforjas de cuero. Un poco de gravilla suelta unas cuantas cervezas de mas le hicieron perder la conciencia en aquella maldita curva durante casi tres décadas. Por un lado pensaba que le hubiese gustado haber vivido aquellos cambios, pero por otro estaba seguro de que no los podría haber soportado. Se bajó del tren en aquella curva, y ahora casi treinta años después se había vuelto a montar en un vagón equivocado que no llevaba a ninguna parte.

Volvió a encender el pitillo con los fósforos de seguridad y mientras inundaba sus pulmones de aquel bendito humo, miró su nueva maquina americana frente a el y… que ¡Demonios!, tenía pasta en el bolsillo, alforjas y chupa de cuero, una caja de cerillas y un poco mas adelante… donde da la vuelta el viento seguro que habría un lugar donde construir a gusto su bendito infierno.


sábado, 21 de mayo de 2011

73.- UNA SOLA VOZ












Por encima de colores y banderas, por encima de fronteras se alzó una sola voz. La voz de los Indignados, la de los hipotecados, la de los necesitados, la de estudiantes y parados, la de niños, jovenes y viejos, la de los desesperados. La voz que pone contra el sentimiento y la pared a los que tienen el poder. La voz de todos... mi propia voz... la voz de la BENDITA REVOLUCION!!!

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lunes, 18 de abril de 2011

72.- CARNE DE CARRETERA

(Publicado en la revista Mondobiker nº49)

CARNE DE CARRETERA

Había pasado más de la mitad de su vida en la carretera. Tanto para odiarla como para amarla. Interminables horas soportando a su compañero, con aquella horrible furgoneta amarilla, con aquellas horribles ropas amarillas, para ser vistos desde lejos. 
Recogiendo todo tipo de carroña muerta, perros, gatos, pájaros y pajarracos de todas las especies, puercoespín, hurones, serpientes, conejos, ovejas… en fin a todo tipo de animales de dos o cuatro patas que por alguna razón u otra dejaron su vida sobre el negro asfalto. Soportando la lluvia, el viento, el frío, el calor. Soportando todo lo que hubiese que soportar…¿Cuántos kilómetros recorridos?¿Cuantas historias vividas? ¿Y cuantas por vivir?.
¿Cómo podía odiarse y amarse una misma cosa a la vez?. Quizás esta fuese la condición humana, odiar y amar una misma cosa. Cuándo cambiaba el amarillo por el negro y las cuatro ruedas por las dos, a pesar de ser la misma carretera, la misma línea blanca que conectaba cada rincón; en vez de pájaro carroñero se sentía pájaro de libertad.
Su vida era bien sencilla, aparte de su odiado trabajo, tirarse a la vecina de arriba de generosa pechuga mientras su marido trabajaba y los niños estaban en el colegio; le gustaban las cosas sencillas. Oír buena música en su viejo tocadiscos, tomar cerveza con whisky, fumar un pitillo de vez en cuando y sobre todas las cosas rodar con su negra maquina.
En algunas ocasiones recordaba aquella jovencita del barrio a la que nunca se atrevió a acercarse. Era una niña bien y siempre estuvo por encima de sus posibilidades, era demasiado para el. En una ocasión incluso le escribió unos versos pero de eso hacia ya mucho y posiblemente estuvieran perdidos por algún rincón de sus adentros.


 
Había pasado más de la mitad de su vida tras una barra. Tanto para odiarla como para amarla. Interminables horas soportando a individuos de todas las especies, solteros, casados, jóvenes y viejos, a todo tipo de fauna sedienta de carne fresca. Soportando todo lo que hubiese que soportar. Estar hecha de piel de clítoris le hacia pagar un precio muy alto. Y le había llevado hasta allí. Maldita piel! Se decía a si misma, pero en el momento que se rozara con lo mas mínimo, tenia que entregarse a los placeres de su cuerpo. Por ello su vida era esclava de su piel, por ello nunca se dejó besar en los labios para que al menos una parte de su cuerpo fuera libre. Muchas veces intentó cambiar, pero que demonios, estaba engendrada para dar y recibir placer. ¿Qué había de malo cobrar por ello?. A demás había que vivir y desde muy temprana edad abandonó la rancia y estricta casa paterna en busca de libertad.
En ocasiones recordaba aquellos tiempos en los que tenía que ocultar sus deseos por ser una niña bien. ¿Cuántos corazones habría roto a lo largo de su vida sin saberlo?¿Cuantos le quedaban por romper?. Recordaba a un joven y tímido muchacho que nunca se le acercó. De mirada profunda y huidiza, ¿Qué habría sido de su vida?.

Desde hacía tiempo se había apartado de los bares de carretera. Ahora estaba al frente de un prestigioso local de copas, donde se daban cita lo más selecto de la ciudad. Todo tipo de fauna cosmopolita se reunía allí. Hablaban de sus proyectos, de sus exitosas vidas vacías, de sus viajes y conquistas. Podía soportar todo aquello, todo menos al baboso del dueño. Un yupi sin escrúpulos forrado de pasta que pensaba que todo aquello que divierte a los hombres después del trabajo es lo que te hace rico. Estaba encaprichado con ella desde el momento en que la contrató, pero ella trataba de evitarle con todo lo despreciable que podía llegar a ser. Mucho le había costado controlar su maldita piel, como para ceder ante semejante cabrón.


Sin motivo alguno detuvo su moto frente a la puerta de aquel lujoso local. Tal vez por tener todo el fin de semana por delante, tal vez por ser el único lugar abierto a esas horas, eligió tomar allí la última copa antes de volver a casa. Los dos gorilas de la puerta le dejaron pasar al interior, enfundado en su chupa de negro cuero, no tardó en entender que aquel sitio no era el suyo. Estaba fuera de lugar, pero aun así fue a por su última copa. Si algo tenían en común los bares por muy lujosos o cutres que fueran, era la barra. Aunque el no le llamaba así, sino vertedero de sentimientos. Estaba convencido que ese era el verdadero lugar que correspondía al hombre. Frente a ella se tomaban las decisiones, desde un nuevo proyecto para erradicar el hambre en el mundo, hasta la más horrible de las guerras. Era así de simple, todo se decidía frente a un vaso de cristal.

-¡Un whisky por favor!

Sus ojos se cruzaron por un instante. Reconocía aquel rostro dos décadas después, mejorado con el tiempo como un buen vino que aun no se ha picado. La recordaba cuando era casi una niña, cuando no se atrevía a acercarse a ella. Recordaba el día de la fiestas patronales, incluso si cerraba los ojos podía ver la ropa que llevaba puesta. El llevaba unos versos para darle pero nunca llegó a su destino.

-¡¿Solo?!

Sus ojos se cruzaron por instante. Reconocía aquella mirada profunda dos décadas después. Sacudió la cabeza, sirvió la copa para dedicarse a su trabajo. No tenía tiempo de pensar en viejos fantasmas del pasado.

_¡Buenas noches caballero!¡¿es Ud. Nuevo por aquí?!- Le peguntó amablemente un individuo trajeado con la insignia de una hermandad religiosa en la solapa-¡Sepa Ud. Que soy el dueño del local y me gusta relacionarme con la clientela!¡este es un sitio refinado, aquí se reúne lo mas selecto de la ciudad! ¡Y bla…bla…

En realidad aquel cabron se acerco a el, por que siempre andaba al acecho y desde lejos pudo ver que a parte de que aquel individuo enfundado en cuero no iba con el entorno del lugar, saltaron chispas al cruzarse con la mirada de la que se había empeñado en que fuera su chica, a pesar de nunca haber estado entre sus brazos y nunca haberla poseído. Pero tiempo al tiempo, ya caería en sus redes, como cayeron todas las demás.

Trató de ser lo mas amable posible con el propietario mientras apuraba su ultima copa. Le hizo una señal a la chica para pagarle y esta vez las miradas fue a tres bandas, como una difícil partida de billar.

- ¡Vuelva cuando quiera!- le increpó el dueño.
- ¡Gracias volveré!- contestó mientras abandonaba el local.

Aquella noche supo que debía volver a verla, así que decidido a ello se quedó en los alrededores del local esperando la hora de cierre. Cuando el último cliente hubo abandonado el sitio, ella salió con su jornada laboral acabada. Venía con cara de de llanto y el le salió a su encuentro

-¡Hola de nuevo!- le dijo el- ¡¿Una mala noche?!.
-¡Una mal discusión con el dueño!- contestó ella- ¡¿Qué haces aun por aquí?!
-¡Esperarte!¡Necesitaba hablar contigo!.
-¡Mira no es un buen momento para nada hoy!¡Así que te agradecería que me dejaras en paz!.
-¡Me suele pasar a menudo!.¡A los malos momentos, me refiero!¡Y a lo largo de los años he descubierto que el mejor remedio es un paseo en moto!.

Nunca había montado en moto, al menos en una de aquellas características. En mas de una ocasión se había cruzado con aquellos locos de cuero negro montados en sus ruidosas maquinas, y siempre se preguntaba lo mismos: ¿Dónde van los motoristas?. Tal vez no fueran a parte alguna, tal vez solo iban por el placer de ir, sin rumbo…sin motivo alguno. Y la verdad una vez bajada de la montura en la puerta de su casa se sintió aliviada.

-¡¿Quieres pasar?!te invito a una copa!-le dijo agradecida-.
-¡Mejor un café!- le contestó el-

Y mientras saboreaban el negro brebaje ella no pudo evitar decirle:

-¡Tengo la sensación de haberte visto o conocido antes!¡es una sensación lejana y extraña!.
-¡Somos del mismo lugar!-respondió el-

Entonces ella sacó un viejo álbum de fotos y allí estaba, desfilando en procesión del Santo Patrón de su antiguo pueblo. Vestida de mantilla y peineta negra como correspondía a las niñas bien de la época; y entre la muchedumbre destacaba un joven mirándola con ojos profundamente tristes. Curiosa rueda de la fortuna dos décadas después volvían encontrarse de la manera más extraña. Aquella noche la pasaron juntos sin tener ningún contacto carnal. A ella el simple hecho de tener la cabeza apoyada en su pecho, mientras el le rodeaba con su brazo, le hizo sentir bien. A él, saber que respiraba bajo el mismo techo que ella, le hizo sentir mejor. Aquella noche, ambos durmieron con paz y serenidad al sentirse protegidos, como probablemente no la habían hecho desde la niñez.

Desde esa noche sus encuentros, fueron un tanto peculiares, se limitaban a hablar de la infancia, a recorrer los rincones mas solitarios sobre aquella bendita maquina de dos ruedas, y sobre todo a reír juntos. Nunca hubo entre ellos ningún contacto sexual, tal vez por que ninguno lo necesitara. Todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho, hasta ese fatídico día…

Habían quedado esa noche para pasarla juntos y salir muy temprano a devorar kilómetros, tenían todo el puente libre por delante para descubrir nuevos lugares. Al llegar a su casa, la puerta estaba abierta. Pasó al interior extrañado y ella yacía en mitad del salón con un cuchillo de cocina clavado en el pecho. La tomó entre sus brazos con lágrimas en los ojos, y mientras aun le quedaba el ultimo aliento de vida la beso en los labios… entonces recordó uno de los versos olvidados que escribiera para ella y que nunca se atrevió dar:

“Solo quiero robarte un beso, acercarme a tus labios y beberme tu aliento,
Solo quiero robarte un beso, y llevármelo conmigo cuando ya este muerto”

Sacó su balisong y abriéndolo con maestría cortó un generoso mechón de cabello para guardarlo en el bolsillo interior de su chaqueta. A la vez que expiraba, ella abrió su mano dejando caer al suelo la insignia de una hermandad religiosa.





Salió hacia el bar de copas con el alma rota y en la barra pidió un whisky. Uno de los gorilas de la puerta se puso a su izquierda, el dueño del bar a su derecha y el otro matón junto a su amo.

-¡Buenas noches caballero!¡¿Otra vez usted por aquí?!-
-¡Le dije que volvería!- contesto-
-¡Le advierto que su amiga no esta!.
-¡No he venido a ver a mi amiga!.¡He venido a traerle algo que ha perdido!.
-¡¿Algo que he perdido?1¡No le entiendo!...

Sin decir palabra puso sobre la barra la insignia, el dueño del bar miró en la solapa de su chaqueta comprobando que faltaba. Hizo una señal al gorila que tenía a su izquierda, y este sin mediar palabra rodeo con su brazo el cuello del motorista a la vez que se ayudaba con la otra mano para ejercer presión sobre su cuello. Esa técnica la tenía más que aprendida, nada mas notar la maniobra, el motorista juntó su barbilla con la parte superior de la caja torácica, protegiendo de esa forma su garganta y evitando así ser estrangulado, y a la vez puso sus dos manos sobre el antebrazo del estrangulador. Se sentía cómodo en esta posición, en espera de la reacción del otro matón El otro corrió hacia el para golpearle, pero cuando estuvo a la distancia precisa, apoyándose sobre el que le tenía preso propinó una patada bestial a la entrepierna, este cayó al suelo retorciéndose y gritando de dolor. Dio un fuerte tirón hacia abajo de su cuerpo a la vez que clavando las yemas de los dedos en el antebrazo, pudiendo así sacar su cabeza junto con sus manos entre la axila del gorila, a la vez que iba sacando la cabeza giró las palmas de sus manos mientras subía buscando con ellas los trapecios de aquel mastodonte. Un poco de presión sobre ambos y cayó como mantequilla al suelo. Estaba habituado, aquellos no eran mas que niñas de gimnasio musculadas, tan tensos que una leve presión sobre algún músculo engordado a base de proteínas y pesas era suficiente para hacerle clavar la rodilla al suelo. Este cayó de espaldas al suelo y poniendo su enorme bota con protecciones de hierro pisó el cuello del agresor, que se retorcía sin poder hacer nada. El estrangulador era ahora el estrangulado. Esta maniobra no le costó mas que unos cuantos segundos. El dueño del bar no podía creer que aquellos dos guardaespaldas a los que pagaba tanta pasta estuvieran fuera de combate. Al intentar coger la insignia religiosa que seguía sobre la barra, el motorista sacó hábilmente el balisong y clavó la mano de aquel individuo sobre la cara madera. Acto seguido mientras uno de los gorilas seguía bajo su bota y el otro retorciéndose de dolor en el suelo, desclavó su frío acero sujetándole el brazo con una mano y lo volvió a clavar, pero esta vez en el cuello directamente a la yugular. Sacó el arma de la carne y empezó a brotar como un volcán en erupción la sangre de aquel cabrón que caía al suelo herido de muerte gritando como un cerdo en el matadero. Apartó la bota del cuello de una de las niñas de gimnasio y se marchó del local, mientras los dos guardaespaldas trataban de parar la hemorragia de su amo.

Mientras arrancaba de una patada su hierro recordó aquel viejo refrán: “Quien a hierro mata a hierro muere”. Salió de allí tronando como si todas las trompetas del juicio final saliesen através de sus escapes y puso rumbo hacia las mismas puertas del infierno. ¿A que demonio tengo que rezarle para tenerte siempre a mi vera ?. Se preguntaba mientras tumbaba en cada curva, saltando chispas de las estriberas.

En las noticias…” Una victima más de la violencia de género. La pasada madrugada una joven aparece muerta en su apartamento. Al parecer su compañero sentimental de una puñalada certera acaba su vida. Tras cometer el homicidio se dirige al lugar donde trabajaba la joven y asesina a su jefe y amante de la chica. Al parecer este ha sido el desencadénate de este crimen pasional. La policía busca al homicida que se alejó del lugar en una moto de gran cilindrada, está completamente perturbado va armado y es peligroso….”

Durante toda la noche estuvo buscando la maldita puerta del infierno, sin encontrarla. Tras de sí hoy sirenas policiales, pero nunca podrían darles caza en aquella carretera. Aquel era su territorio, podía trazar las curvas con los ojos cerrados. Allí nadie le alcanzaría.

En una de las tumbadas pisó una placa de hielo y su moto derrapó en aquella curva, trató de corregir la trayectoria pero se salió y quiso la mala fortuna que todo su ser se estrellara contra el puto quitamiedos. Aun estaba vivo pudo quitarse los guantes y el casco tumbado en el suelo, se incorporó para comprobar que la pierna derecha ya no pertenecía a su cuerpo. De la arteria femoral brotaba un manantial rojo por el que se le iba el aliento, abrió el bolsillo de su chupa y sacó los cabellos que había cortado tan solo unas horas antes. Los puso entre sus manos y las llevo al pecho como para ser amortajado... y entonces recordó uno de sus versos:
"Cuando yo muera solo te pido un encargo, que con un mechon de tu pelo me amarren las manos"

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domingo, 27 de marzo de 2011

71.- PROVERBIO AFRICANO






















PROVERBIO AFRICANO

Dice un proverbio africano: “La tierra no la heredamos de nuestros padres; la tomamos prestada de nuestros hijos”


No me gusta lo que hicieron nuestros padres con la tierra prestada. No me gusta lo que estamos haciendo con la tierra de nuestros hijos.

No me gusta ver a nuestros jóvenes confundidos, agarrados a  botellones y drogas de diseño, en las garras de la era de la imagen bajo la nube de un futuro incierto.

No me gustan los políticos que miran por mi bien, los que se agarran con uñas y dientes a los votos del poder.

No me gustan las guerras en nombre de la religión, en nombre de la falsa libertad y mucho menos en nombre de algún dios.

No me gusta que unos pocos tengan tanto y que tantos tengan tan poco.


No me gusta pertenecer a esta raza que se vanagloria de escribir páginas de vergüenza en la historia.

No me gusta saber de donde vengo, no me gusta lo que soy, pero me preocupa saber hacia donde voy.

No me gusta esta humanidad ciega y muerta, que piensa que la tierra es nuestra.


...Desde el más oscuro rincón, desde lo más profundo hay una voz que grita:
¡No me gusta nada lo que estamos haciendo con este mundo!.

lunes, 14 de marzo de 2011

70.- EL SOL NACIENTE






















El Sol Naciente se ha nublado para siempre.


Tantas vidas arrancadas
tantos sueños truncados
tantos llantos desesperados
y tantas voces apagadas...


La tierra se enfadó con el hombre queriendo borrar su nombre.


Ola negra de mala suerte
ola negra de miseria y desesperación
ola negra de destruccion
¿Donde esta el antidoto contra la muerte?
¡Quizas en un oscuro rincon!

sábado, 26 de febrero de 2011

69.- EL ANTISOCIAL




















EL ANTISOCIAL (en un futuro no muy lejano)


Charly era un antisocial. Trabajaba y vivía en un taller, le gustaba beber cerveza, tirarse pedos y eructar en público. Comer chistorra, panceta, el R&R. el Blues y el ritman blues. La segunda de las cosas que mas le gustaba hacer con los pantalones puestos era ir a un concierto. La primera, como dijo un gran sabio, era montar en su endiablada y negra maquina de dos ruedas. Cuando no podía rodar con en ella escuchaba Mustang Sally en su viejo Ford y salía a contaminar la atmosfera. Sin válvula de recirculación de gases, sin filtro antipartículas, sin normativa euro 3, 4, 5 ó 6. A escape libre… Era un gustazo, casi tanto como hacer lo que mas le gustaba sin pantalones puestos; y sin condón. Tenía las uñas negras. A penas se afeitaba y siempre vestía de cuero negro.

D. Carlos era un ciudadano ejemplar. Trabajaba como abogado fiscal del estado. Siempre sabía que vino elegir con cada comida. La segunda cosa que mas le gustaba hacer con los pantalones puestos era ir a la opera. La primera no sabía muy bien si era conducir su automóvil de última generación con tecnología star and go, hibrido y respetuoso con el medio ambiente. O mandar a la sombra de por vida a todos los antisociales que ensuciaban su hermosa sociedad.. Tenía un porte y presencia impecables, se hacia la manicura, siempre iba afeitado y bestia con trajes de marca.

Un buen día Charly venía de rular toda la noche con su moto. Lo había pasado en grande con los colegas. Con el frío calándole los huesos paró a la puerta de un parque infantil en la que daba el único rayo de sol que calentaba la fría mañana… Se lió un pitillo y comenzó a fumar dejándose inundar por el calorcito mañanero… Los detectores de humo que poblaban la ciudad se dispararon, y automáticamente todas las alarmas de las comisarías cercanas. Una unidad de la brigada anti-tabaco cayó con todo el peso de la ley sobre él. Había cometido el peor de los delitos que se podía cometer.

D. Carlos se hallaba frente al estrado, con su porte y presencia impecables y con su dedo de manicura perfecta amenazaba con cadena perpetua al antisocial.

20 largos años le cayeron al Charly, y en la oscuridad de su chabolo, cuando todos dormían, mientras recordaba su buenos tiempos… Charly se fumaba un pitillo en silencio…

PD: Una cortina de humo  mientras todos los noticiarios y programas hablan del tema, mientras fumadores y no fumadores discuten entre si, nadie fija su mirada en la subida de la luz, el agua, el combustible. Nadie fija su mirada, ni mucho menos su pensamiento, en la reduccion y congelacion de salarios, en la retirada de las ayudas, el paro... O en pegar fuego al parlamento con los politicos dentro.

domingo, 13 de febrero de 2011

68.- ENTRE VINAGRERAS


















ENTRE VINAGRERAS

Vinagreras, esas flores amarillas que adornan las cunetas y que por mucho frío que haga anuncian que está próxima la primavera.

Allí estaba yo con mi zippo sin catalizar en la mano, incumpliendo todas las normativas euro 3,4,5,6 cada vez que encendía el cigarro… Allí estaba yo, entre vinagreras con La Maldita tirado en mitad de la carretera.

Recordé todos los buenos momentos que me había dado. Recordé el día que la empujé cuatro largos kilómetros mientras una mariquita me rondaba con su coche en busca de carne fresca. Recordé el día que se rompió la borna de batería y un exlegionario cuchillo en mano que quería venderme una pistola, paró a echarme una mano. Recordé cuando se me fue el embrague de arranque y la batería. Recordé cuando hice mas de 500 km con el deposito rajado, con un chicle pegado y cinta americana para evitar la perdida de gasolina. Si… recordé todos esos buenos momentos, cuando fui a la itv y tuvieron que empujarme para salir de allí. Recordé cuando el deposito de debajo del asiento me jodió los carburadores, de la mierda y el oxido que tenía. Recordé la pasta que me costó ponerle pistones y cilindros rectificados por falta de compresión...

¡Otra vez se me apagó el cigarro!, otra vez el zippo sin catalizar…Ahora había conseguido deshacerme de los mikunnis, le había dado la vuelta a las pipas de admisión y con la ayuda de los que siempre están dispuestos a tender una mano, habíamos fabricado una especie de colector para adaptar un solo carburador. El cuerpo de un Bing del 32, la aguja de un mikunni del 25 y el muelle de un dellorto del 28, el chiclé de entrada tapado con hilos de cobre para que no entrase tanta gasofa al ser la aguja tan fina. La bomba eléctrica despresurizada con dos “T” de las que se usan en regadío. La llave de cierre de una cortadora de césped…¡¡¡¡Y aquel engendro milagrosamente andaba!!!!!!. ¡Andaba hasta que se paró!!!. Si… recordé todos los kilómetros que no había rodado, y al apagarse de nuevo el cigarro tuve la visión. Recordé aquella leyenda urbana que cuenta que en las grandes concentraciones de la marca americana quemaban motos japonesas. Pronto se acabarían los problemas, porque en cuestión de minutos solo quedaría de ella una mancha negra . Volví a encender el cigarro y sin apagar el mechero me fui directo al tubo de gasolina… y joder ni para meterle fuego servía… por que antes de que prendiese la grúa, llegó pronto ese día.

viernes, 21 de enero de 2011

67- EL MISMO VIENTO
















El mismo viento el que te da en la cara...
el  mismo sol el que te abrasa...
la misma lluvia la que te moja... 
el mismo frío el que te hiela...
la misma niebla la que te ciega,
y la misma muerte la que te espera...