lunes, 13 de diciembre de 2010

66.-ESPIRITU INDOMABLE



ESPIRITU INDOMABLE

Quiso volar contra el viento,
y sus alas se rompieron.

Quiso navegar contra la marea,
y se quebraron sus velas.

Quiso caminar sobre la tierra,
y perdió sus botas de siete leguas.

Quiso perderse en un sueño,
y al llegar la noche permaneció despierto.

Quiso vivir en un cuento,
y cuando abrió sus paginas había muerto.

... en la tumba quiso descansar los huesos,
y el espiritu indomable abandonó su cuerpo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

65.- PAN Y CIRCO

















PAN Y CIRCO
Tan solo era un niño, recuerdo que exceptuando la avenida, las calles de mi barrio estaban sin asfaltar. Cerca de casa estaba la plaza de toros y recuerdo a los maletillas, se refugiaban en la casapuerta del bloque, con sus hatillos esperando saltar a la arena para triunfar algún día. Recuerdo como mi abuela y mi madre les bajaban café y bocadillos casi todas las mañanas, recuerdo sus caras de agradecimiento. Eran tiempos duros.

Yo me sentaba en la valla a ver pasar los toros muertos en un moto carro de tres ruedas. Sentía una extraña tristeza al ver a tan hermoso animal ensangrentado. A veces les seguía hasta el matadero y desde la ventana podía ver como colgado junto a un cerdo o una ternera eran descuartizados… el mismo final para distintos animales…

Un día mi abuela me llevo a la plaza y pude verlo todo con mis propios ojos. Mi amargo llanto me sacó de allí, preguntándome ¿Por qué? ¿Verdaderamente puede haber arte en la muerte?... Ahora empieza a llegar la prohibición, ¿Cuántas cosas prohibidas no debieran estarlo?¿Cuantas cosas permitidas no lo debieran de estar?.Aun hoy no he descubierto si estoy a favor o en contra… ¿Cómo vive el animal hasta el día de su muerte?... Algunos no tenemos tanta suerte.

Desde la noche de los tiempos bien en forma de escudo y espada en manos del gladiador que lucha por ganar su libertad en la arena, bien en forma de toro negro, de verde césped o de caja cuadrada…Pan y circo para el pueblo para que no piensen en nada...

martes, 2 de noviembre de 2010

64.- AYUDA EN CARRETERA


Foto-montaje Mohebius de YCCE
AYUDA EN CARRETERA

Ya tenía una moto de revista, currada con poca pasta, muchas ideas y la ayuda de los colegas. De nombre Maldita por los problemas que me dio y el mal fario que tenía. Así pues me fui a rodar con ella antes que saliera el primer rayo de sol. Todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho, y a 25 kilómetros de casa la muy Maldita se paró…

Siete y media de la mañana, festivo y ni un carmen en la calle. Lío un pitillo y dejo pasar el tiempo, hasta que un gitano cincuentón con camisa negra, de espeso bigote y tatuajes de legionario para junto a mí:

¡¿Compañero que te pasa, compañero?!.Me dice amablemente. ¡Pues que se ha parao y no tengo herramientas!. Le contesto. Acto seguido abre el asiento de su montura y a la vez que el viento esparce un centenar de servilletas de bar que llevaba dentro saca un cuchillo jamonero de generosas dimensiones con un tapón de corcho en la punta y me dice: ¡Eso lo arreglo yo ahora mismo!. A punto de cagarme en los calzones, el gitano suelta el cuchillo en el suelo y empieza a trastear en el bajo-asiento hasta que me saca una bolsa con herramientas. Yo pegué un resoplido como el de un caballo que acaba de ganar el Gran Nacional… Me pongo a desmontar la moto con el rabillo del ojo pendiente del chuchillo jamonero y de su dueño y me pegunta:

¡¿Compañero te queda mucho?!. ¡Pues no se creo que tiene la borna rota!-le contesto- ¡Es que tengo un poco de prisa, me vienen siguiendo los Señores!(en mi barrio siempre se les llamó así a los secretas de la guardia civil).¡Es que le he pegao un tiro a un hijo puta que quería robarme la moto y ¡¿ves este cuchillo?!; me dice mientras me lo mostraba de forma amenazadora; ¡Pues mientras estaba en el suelo le he cortao los tendones de las piernas!.¡¿Tu quieres una?!, ¡¿Una que?!, le pegunté.¡Coño una pipa!¡Las vendo a 300 euros!.Aquí fue cuando ya me cagué del todo, no sabía si se estaba quedando conmigo, o trataba de tantearme para ver si me acojonaba y sacarme la pasta.¡A mi no me hace falta pistola!, le contesté,¡Yo mato a la gente a bocaos!. El gitano se me quedó mirando y cambiando de tema me dijo:¡¿Puedes arreglarlo?.¡Que va
tendré que llamar a la grúa!. Recogió sus cosas, me estrecho la mano y montó en su scuter y mientras miraba a su alrededor, viendo la cantidad de servilletas de papel que habían salido de debajo de su asiento me dijo:

¡Compañero hazme un favor, recoge un poco los papelillos estos que se me han caído por la cuneta, que después dicen que nosotros los motoristas semos unos guarros y unos delincuentes!.

El camino de vuelta a casa lo hice en la grúa, mientras pensaba joder nunca me para la tía güena que sale en las películas…

sábado, 25 de septiembre de 2010

63.- LA DIARREA


LA DIARREA
“Nunca sabremos lo hermoso que puede ser tirarse un peo sin cagarse en los calzoncillos hasta que tenemos diarrea.”

Autor ELRUTEROSOLITARIO (motorista, macarra y poeta)

Puede parecer una frase de lo más escatológica, y de echo lo es, pero encierra una gran sabiduría. Tanta como la que siempre decía mi madre: “hijo nunca sabremos donde vamos a cagar la última mierda”.

Para cualquier ser humano bípedo con al menos una neurona capaz de no hacerse sus necesidades encima. El simple acto de tirarse un peo es de lo más fácil y normal. Incluso algunos lo hacen con gracia. Pero para aquellas personas que alguna vez han sufrido de este mal, es la liberación de los gases oprimidos que gritan por su libertad.

Podía haber recurrido a la socorrida y verdadera frase: “No se sabe apreciar lo que se tiene hasta que se pierde”, para expresar la misma idea pero no habría sido tan profundo, y no habría sido mía.

Pero dejando de un lado lo cómica o desagradable que puedan parecer estas palabras, según quien la lea, no es mas que un reconocimiento a las cosas mas sencillas y cotidianas que sin ser concientes de ellas nos hacen felices…
¿Quién no mataría por andar con bastones y abandonar de una vez por todas su silla de ruedas?¿Quien no vendería su alma al diablo por soltar las muletas y caminar cojeando?¿A que demonio le rezarías para dejar tu cojera y poder caminar con normalidad?...¿Cuanto daría el ciego por ser tuerto?¿Y el tuerto por ser bizco?. Nos sentimos desgraciados por no tener la casa, el coche, la moto o el trabajo que queremos. Pero no nos sentimos agraciados al ver cuando miramos, al sentir cuando respiramos, al caminar cuando andamos y sobretodo a podernos tirar un peo sin tenernos que cagar.

domingo, 22 de agosto de 2010

62.- EL PAQUETE DE YUSTE



EL PAQUETE DE YUSTE.


Juanito tenía siete años, una de sus aficiones preferidas era la de recorrer los bares de putas de la avenida, y buscar cajetillas de tabaco vacías de aquellos soldados americanos provenientes de no se que guerra en la selva de un país lejano.
Luego en casa se dedicaba a recortarlas para pegarlas en una libreta. Por aquel entonces la cosa estaba jodida y los álbumes de cromos eran inalcanzables.

También le encantaba sacarles unos centavos a esos grandes soldados de pelo claro, centavos que luego transformaba en cigarrillos sueltos que les vendía el viejo del kiosco.
Un buen día decidió que ya era hora de tener su primer paquete de tabaco. Así que tras reunir un par de dólares… armado de valor los cambió por pesetas en la gasolinera, que en aquella época era una especie de peculiar banco. Se fue al estanco y compró un paquete de Yuste. Y en la estación de trenes que había junto a su casa, abrió el paquete para fumarse un cigarro.

Por la noche al acostarse y con el tabaco bajo la almohada, no conciliaba el sueño, debía encontrar un lugar seguro para esconder aquello. Sin hacer ruido saltó de la cama, para no despertar a sus padres y se fue directo a la cocina. Instintivamente cogió del mueble una lata de conservas… sacó la lata de la caja en la que venía y metió el paquete dentro. Volvió a poner la lata en el mueble y arrojó la caja de cartón con la prueba de su delito por la ventana…
…Pero continuó si coger el sueño. Seguramente algún vecino vería en el patio la caja de conservas… le daría una patada y notaría que pesaba demasiado para estar vacía, y demasiado poco para tener la lata dentro… la abriría y descubriría el paquete de Yuste al que faltaba un cigarro… subiría a casa abriría el mueble de la cocina y estaría la lata sin caja… entonces caería fulminado al suelo para dejar por siempre este mundo…

Juanito pasó muchas noches de su vida sin poder coger el sueño…

Juanito tenía 77 años y había consumido su vida tratando de ser buen hijo primero y buen padre después. Había cumplido con todas las normas habidas y por haber. Había hecho lo posible y lo imposible por sacar adelante a los suyos. Y ahora su propio hijo le había dejado en aquella residencia de ancianos.

Juanito llevaba muchas noches sin dormir… Estaba harto y cansado… y se entregó al arrepentimiento… Se arrepintió de no haberse fumado aquel paquete de Yuste entero y de no haber aprovechado aquellas malditas noches sin dormir… Pero pronto vendría la liberación… Ya no tendría que soportar más los maltratos de aquella enfermera...y ella sería la victima de su venganza…

Aquella noche, sin hacer ruido saltó de la cama… y armado con el mismo valor que el día de la gasolinera, se dirigió a la cocina… su plan era terrorífico…cambiaría las pegatinas de los botes de azúcar y sacarina… y entonces por la mañana, cuando aquella maltratadora le echase a su café el endulzante equivocado…caería fulminada para abandonar este mundo.
Juanito, muy despacio, abrió el mueble de la cocina y antes de que sus manos pudiesen alcanzar los botes… su corazón dejó de mandar sangre al celebro y Juanito cayó fulminado al suelo para dejar por siempre este mundo…

martes, 10 de agosto de 2010

61.- EL INFIERNO


EL INFIERNO (Desenlace de Erase una vez...)

Aquella noche había decidido no esperar a sus compañeros. No quería comprometerles en su aventura, estaba decidida a llegar más allá. Así que con su rubia melena escondida bajo el casco y con la vieja virago de su padre salió a la luna llena. Se sentía parte de la carretera… cada curva, cada recta, cada bache, cada cuneta como si fuese una prolongación de si misma unidas por su viejo hierro através de sus ruedas. Ya no había marcha atrás, comenzaba a entrar en terreno desconocido, tal vez en tierra de nadie. A partir de ahora ya no sabría volver. ¿Y quien quiere volver?, se peguntaba, ¡solo quiero ir!, se contestaba. Tenía un billete de ida y lo que verdaderamente importaba no era el destino, si no el camino. Siguió rodando sin descanso hasta que una patrulla de medio ambiente salió a su paso. Creyó oír unos disparos, incluso le pareció que una de esas balas atravesaba su pecho; debían de ser suposiciones. Siguió rodando hasta lo que parecía una inmensa luz en una colina y hasta allí encamino su rumbo. En un cartel en la entrada grabado a fuego se podía leer:
“EL INFIERNO”…debía de haber llegado al otro lado. Maquinas de todo tipo campaban a su antojo. Viejos hierros desvencijados con sabor añejo, increíbles Hot rods para todos los gustos. Stands con todo tipo de abalorios, habidos y por haber. Infinidad de hogueras encendidas en las que grupos de bikers contaban sus batallas. Enormes barbacoas en las que varios marranos se asaban a la brasa, esto le recordó los años de su niñez en aquellas reuniones familiares en las que todavía se podía usar el carbón antes de que llegase la prohibición. Barras de bar en las que se servía cerveza de verdad, y no aquel liquido amarillento que ellos mismo destilaban… seguramente aquello debía de ser el infierno, o quizás el paraíso. De pronto se ilumino el escenario y una fender arrancó el mejor de los aullidos que se le podía hacer a la luna, La música en directo llenó cada rincón del infierno, aquel sonido que tantas veces había oído en sus viejos vinilos ahora se abrían ante sus ojos… bajo… batería… Rock and roll… su espíritu se llenó por completo de vida y quiso pertenecer aquel lugar para siempre… y así pasó la noche hasta despuntar el alba, porque esta vez no era necesario volver antes de que saliese el sol.
Completamente inundada de felicidad sintió unos golpecitos en su espalda, se giró y cual fue su sorpresa al ver una cara conocida que le preguntaba: “¿Has traído mi vieja virago?”. Se fundieron en un abrazo y lloró de felicidad. Montó en la moto con su viejo y querido padre, que ahora parecía mas joven de lo que podía recordar, y pusieron rumbo al sol…

… el primer rayo anunciaba el nuevo día y la Patrulla de medioambiente observaba el cuerpo caído en la carretera junto aquella infernal maquina de dos ruedas. Se acercaron al individuo y le quitaron el casco, una hermosa melena rubia se escondía debajo. El joven oficial sintió pena por aquella hermosa mujer a la que había atravesado el pecho de un disparo, pero sin embargo en su rostro había una extraña sonrisa ... ¿Qué se sentiría al montar en uno de esos viejos y prohibidos cacharros?. Era la primera vez que mataba a una persona y visiblemente afectado preguntó a su compañero: “¿Dónde irán las almas de los motoristas muertos?... ¡Donde van a ir! -contestó el otro-¡Al mismísimo Infierno?.

viernes, 9 de julio de 2010

60.- EL DESPERTAR DE LA BONNI


(Foto del amigo HONORIO)


EL DESPERTAR DE LA BONNI (continuación de Érase una vez…)


Una antorcha encendida para que alumbre su camino,
Una antorcha encendida para no caer en el olvido,
Una antorcha encendida por un motorista muerto,
Una antorcha encendida para que sus cenizas sigan rodando junto al viento.

Dice una leyenda que existe un extraño lugar, donde van las almas de los legendarios hierros para unirse con el espíritu de los motoristas muertos. Donde las ráfagas te las devuelve el eco del viento. Donde no se congelan los dedos en las frías mañanas de invierno…

Que mas le daba seguir abandonada en el lecho de aquel arroyo seco, se ser así la leyenda rodaría eternamente al ser un legendario hierro… y de no serlo rodaría todas las noches de luna llena hasta el fin de los tiempos.

El frío líquido inundó sus adentros, un viejo Amal desplazo su aguja de arriba abajo… luego el otro… una bocanada de aire fresco… válvulas que se abren y cierran… una chispa milagrosa… Y como el aullido de un lobo solitario el rugido de la vieja Bonni que despierta… La noche como aliada, la luna de cómplice y la carretera como amada.

Dos patrullas de Medio Ambiente salieron a su encuentro, se oyeron disparos que no dieron en el blanco, quizás por que todo el grupo otra vez iba envuelto en negro y prohibido cuero.

Un trago de amarga cerveza, la calada de un cigarro y un trozo de vinilo con surcos tatuados llenaban cada rincón de la vieja nave. Un brindis de amistad por el éxito de aquella noche que pronto tocaría a su fin. El viejo tocadiscos dejaría de girar y sus motores de rugir… El silencio volvería a llenarlo todo… Y antes de que el primer rayo de sol asomara por el horizonte, se esconderían bajo sus gabanes, para volver a sus impolutas vidas… a la zona limpia..a su perfecta y ecológica ciudad.

Su melena rubia escondida bajo el sombrero… y otra vez el recuerdo de su loco y querido padre… Ni en las peores pesadillas llegó a imaginar que el tan temido desastre nuclear, se convertiría en aquel horrible holocausto medioambiental.

No le hubiese importado que tan solo una de aquellas balas acertara en su pecho de pleno, para acabar por siempre con aquella vida. Para dejar de una vez por todas aquel mundo al que no pertenecía… Un mundo sin música… un mundo sin voz…sin risas…sin color…

Estaba triste. Triste y cansada y debía de ir mas allá o morir en el intento. ¿Quién sabe?, quizás mas espíritus libres vagaran por lejanas carreteras bajo pena de muerte… tal vez en la siguiente zona contaminada… o en la otra… o en la de mas allá… solo tenia que hallar la forma de conectarlas entre ellas… ¿Quién sabe?quizás en la próxima luna… en la otra… o en la de mas allá… QUIZAS!!!.

martes, 11 de mayo de 2010

59.- ERASE UNA VEZ...



Érase una vez una fría noche de luna llena. El viento cortaba la cara y una sombra alargada envuelta en un gabán, bajo un sombrero de ala ancha se alejaba de Ecocity . Se encaminaba hacia el perímetro de seguridad que separaba la zona limpia de la contaminada. Mientras caminaba recordó las palabras de su padre: “Podrán quitarnos todo menos nuestro espíritu”.
No había otra forma de llegar hasta el lugar más que caminando, la prohibición de los vehículos particulares bajo pena de muerte había acabado hasta con las antiguas ITV, ya no había nada que inspeccionar. Los únicos vehículos autorizados eran esos horribles trenes para los ciudadanos trabajadores y los celulares de las Patrullas de Medio Ambiente, mitad solares, para la conducción diurna, y mitad eléctricos para la noche. Silenciosos y pesados a la vez que lentos; pero eso si tremendamente respetuosos con el medio.
Atravesó el maldito perímetro prohibido, y se adentro en la también prohibida zona contaminada. Era un polígono industrial abandonado en los extrarradios de lo que un día fuera su ciudad natal. ZONA CONTAMINADA, menuda estupidez, allí solo olía a gasolina rancia, a hierro oxidado y a goma recauchutada. ¿Qué mal podría hacerle aquello?¿ A caso no era peor ese mundo impoluto en el que vivía, en el que todo estaba prohibido?. La sociedad había conseguido erradicar la drogodependencia, el alcoholismo, la ludopatía, los accidentes de tráfico, el cáncer de pulmón y todas aquellas lacras que hacían del mundo un lugar peligroso. ¿Y a cambio de que? Ya no existían bares ni lugar de reunión alguna, si más de tres personas eran vistas juntas en un lugar público se consideraba asociación ilícita.

Pero esta noche, como todas las noches de luna llena, en la Zona contaminada, le esperaba aquella vieja nave desvencijada. Al entrar se despojó del sombrero para dejar al descubierto su rubia melena. Se quito el gabán, dejando ver bajo él un gastado vaquero y una chupa de prohibido y negro cuero.
En el interior un viejo torno, un banco de herramientas. Un antiguo tocadiscos junto a los últimos vinilos salvados de la quema. Revistas de paginas amarillentas cargadas de relatos de la carretera. Una mesa de chapa oxidada con pies de cubiertas, rodeada de asientos desguazados de antiguos cacharros de cuatro ruedas…. En el interior bienvenidas, saludos y abrazos por el encuentro… y en un oscuro rincón unos cuantos de legendarios hierros.

El sidecar de la vieja Ural estaba cargado de bidones de aquel combustible, por ellos mismos destilado. Los años de prohibición habían desarrollado su ingenio, a partir de esa planta en la que se basaba el maldito desarrollo sostenible. Eran capaces de fabricar el preciado líquido elemento para sus monturas. La amarga cerveza y su hierba favorita de fumar.

Todo estaba preparado para aquella noche de luna llena… la Sporter , la Kawa, la Shadow … y la vieja virago de su padre. La conservaba tal como él la dejó, con el mismo cariño que esa vieja foto en la que siendo una niña posaba en su lomo.

El plan para esa Luna era simple, debían recuperar la Bonni de uno de ellos. En la salida anterior habían calculado mal los kilómetros a recorrer y le dejó tirado en la vieja carretera del canal. Desde entonces yacía dormida en el lecho de una arroyo seco, esperando a ser despertada por su dueño.

…Como si les fuese la vida en ello, como si se hubiesen abierto las puertas del infierno, salieron a la luna llena rugiendo…

Al trazar las primeras curvas volvió a oír las palabras de su padre: “Podrán quitarnos todo, menos nuestro espíritu”… y dio gracias a aquel viejo loco por plantar en su pecho la semilla del viento…

jueves, 25 de marzo de 2010

58.- CENICIENTA



En algun lugar una cenicienta llora en silencio,
entre cuatro frias paredes y bajo un humedo techo.

Cansada de bajar la mirada al suelo,
con una daga clavada en su pecho.

Una cenicienta de pelo largo que no pudo soltarse el pelo,
y a pesar de tener alas nunca remontó el vuelo.


Que se agarra a la sonrisa de un recuerdo,
que tiembla al notar en sus manos el roce de unos dedos.


Que se pierde en el mundo de los sueños...
buscando al principe que nunca encontró en el cuento.

sábado, 13 de marzo de 2010

57.- LA PREGUNTA



LA PREGUNTA
Si queridos amigos a mi también me asaltó la eterna pregunta… ¿motero o motorista?. Viendo peligrar mi reputación, solo se me ocurrió contestar: …Digamos que me gustan las motos!!. Gran error por mi parte ya que también me gusta la siesta y no por ello soy siestista o siestero…Y comencé a darle vueltas al tema… Por esa regla de tres bien se le podría llamar a los que les gusta tomar el sol, solistas y a los que les gusta tomar la sombra, sombreros. Quizás a los que les gusta el sexo, sexistas. A los que les gusta beber, bebederos, y a los que les gusta comer, comederos. A los pescadores de caballas, caballeros. A los vendedores de cámaras, camareros. A los casados, caseros y a los espíritus libres, libreros… Mmmmmmmmmmmmm algo no encaja con el diccionario de la real academia.

Al llegar a casa metí estas ideas en la batidora …La que se usa para pasarle la comida a la pequeña, y a la que da igual lo que le metas, por que todo sale del mismo color. Bien sean pollo con verduras, ternera con arroz o patatas fritas con huevos. Para saber que estas comiendo tienes que probarlo. Y esto me dio que pensar… quizás para saber lo que somos primero nos tendrían que probar.

Después de unas cuantas vueltas regresé a mi tierna infancia, concretamente al día que tuve mi primera caja de plastilina… Allí estaban todos los colores inimaginables y como espíritu inquieto decidí crear un nuevo color. Siempre fui muy dado a los experimentos, si no peguntadle a la abuela Antonia por el día que desmonté su radio preferida para ver al pianista que estaba tocando dentro… o tal vez debería decir pianero. En fin, decidido con mi experimento mezcle todos los colores consiguiendo una extraña masa gris oscura casi negra… Y la inspiración apareció ante mí:

…¡Tal vez solo seamos una extraña masa gris oscura casi negra… o negra clara casi gris!.

martes, 19 de enero de 2010

56.- LA PIEDRA Y EL ESTANQUE


LA PIEDRA Y EL ESTANQUE

Quiero tirar una piedra al estanque y remover sus aguas,
que las hondas lleguen a la orilla y liberen a la tierra de sus lágrimas.

Quiero mover el árbol y que sus ramas agiten el viento,
para que despierten la tempestad y trueno.

Quiero abrir las puertas del infierno,
y sacar los demonios que llevamos dentro.


Quiero tirar una piedra al estanque con forma de palabra,
Y que el eco de su voz te atraviese el alma.