sábado, 26 de febrero de 2011

69.- EL ANTISOCIAL




















EL ANTISOCIAL (en un futuro no muy lejano)


Charly era un antisocial. Trabajaba y vivía en un taller, le gustaba beber cerveza, tirarse pedos y eructar en público. Comer chistorra, panceta, el R&R. el Blues y el ritman blues. La segunda de las cosas que mas le gustaba hacer con los pantalones puestos era ir a un concierto. La primera, como dijo un gran sabio, era montar en su endiablada y negra maquina de dos ruedas. Cuando no podía rodar con en ella escuchaba Mustang Sally en su viejo Ford y salía a contaminar la atmosfera. Sin válvula de recirculación de gases, sin filtro antipartículas, sin normativa euro 3, 4, 5 ó 6. A escape libre… Era un gustazo, casi tanto como hacer lo que mas le gustaba sin pantalones puestos; y sin condón. Tenía las uñas negras. A penas se afeitaba y siempre vestía de cuero negro.

D. Carlos era un ciudadano ejemplar. Trabajaba como abogado fiscal del estado. Siempre sabía que vino elegir con cada comida. La segunda cosa que mas le gustaba hacer con los pantalones puestos era ir a la opera. La primera no sabía muy bien si era conducir su automóvil de última generación con tecnología star and go, hibrido y respetuoso con el medio ambiente. O mandar a la sombra de por vida a todos los antisociales que ensuciaban su hermosa sociedad.. Tenía un porte y presencia impecables, se hacia la manicura, siempre iba afeitado y bestia con trajes de marca.

Un buen día Charly venía de rular toda la noche con su moto. Lo había pasado en grande con los colegas. Con el frío calándole los huesos paró a la puerta de un parque infantil en la que daba el único rayo de sol que calentaba la fría mañana… Se lió un pitillo y comenzó a fumar dejándose inundar por el calorcito mañanero… Los detectores de humo que poblaban la ciudad se dispararon, y automáticamente todas las alarmas de las comisarías cercanas. Una unidad de la brigada anti-tabaco cayó con todo el peso de la ley sobre él. Había cometido el peor de los delitos que se podía cometer.

D. Carlos se hallaba frente al estrado, con su porte y presencia impecables y con su dedo de manicura perfecta amenazaba con cadena perpetua al antisocial.

20 largos años le cayeron al Charly, y en la oscuridad de su chabolo, cuando todos dormían, mientras recordaba su buenos tiempos… Charly se fumaba un pitillo en silencio…

PD: Una cortina de humo  mientras todos los noticiarios y programas hablan del tema, mientras fumadores y no fumadores discuten entre si, nadie fija su mirada en la subida de la luz, el agua, el combustible. Nadie fija su mirada, ni mucho menos su pensamiento, en la reduccion y congelacion de salarios, en la retirada de las ayudas, el paro... O en pegar fuego al parlamento con los politicos dentro.

domingo, 13 de febrero de 2011

68.- ENTRE VINAGRERAS


















ENTRE VINAGRERAS

Vinagreras, esas flores amarillas que adornan las cunetas y que por mucho frío que haga anuncian que está próxima la primavera.

Allí estaba yo con mi zippo sin catalizar en la mano, incumpliendo todas las normativas euro 3,4,5,6 cada vez que encendía el cigarro… Allí estaba yo, entre vinagreras con La Maldita tirado en mitad de la carretera.

Recordé todos los buenos momentos que me había dado. Recordé el día que la empujé cuatro largos kilómetros mientras una mariquita me rondaba con su coche en busca de carne fresca. Recordé el día que se rompió la borna de batería y un exlegionario cuchillo en mano que quería venderme una pistola, paró a echarme una mano. Recordé cuando se me fue el embrague de arranque y la batería. Recordé cuando hice mas de 500 km con el deposito rajado, con un chicle pegado y cinta americana para evitar la perdida de gasolina. Si… recordé todos esos buenos momentos, cuando fui a la itv y tuvieron que empujarme para salir de allí. Recordé cuando el deposito de debajo del asiento me jodió los carburadores, de la mierda y el oxido que tenía. Recordé la pasta que me costó ponerle pistones y cilindros rectificados por falta de compresión...

¡Otra vez se me apagó el cigarro!, otra vez el zippo sin catalizar…Ahora había conseguido deshacerme de los mikunnis, le había dado la vuelta a las pipas de admisión y con la ayuda de los que siempre están dispuestos a tender una mano, habíamos fabricado una especie de colector para adaptar un solo carburador. El cuerpo de un Bing del 32, la aguja de un mikunni del 25 y el muelle de un dellorto del 28, el chiclé de entrada tapado con hilos de cobre para que no entrase tanta gasofa al ser la aguja tan fina. La bomba eléctrica despresurizada con dos “T” de las que se usan en regadío. La llave de cierre de una cortadora de césped…¡¡¡¡Y aquel engendro milagrosamente andaba!!!!!!. ¡Andaba hasta que se paró!!!. Si… recordé todos los kilómetros que no había rodado, y al apagarse de nuevo el cigarro tuve la visión. Recordé aquella leyenda urbana que cuenta que en las grandes concentraciones de la marca americana quemaban motos japonesas. Pronto se acabarían los problemas, porque en cuestión de minutos solo quedaría de ella una mancha negra . Volví a encender el cigarro y sin apagar el mechero me fui directo al tubo de gasolina… y joder ni para meterle fuego servía… por que antes de que prendiese la grúa, llegó pronto ese día.