Hijo mio, pronto acabará el verano y llegará el otoño... Lo noto en las oscuras mañanas y en las cortas tardes. Dura será la caída de la hoja...las voces pisoteadas saldrán a las calles y hablaran los palos y los escudos. El otoño dará paso al largo y frió invierno. Las voces pisoteadas se volverán gritos desesperados, los palos y escudos se transformaran en fuego y acero; y nosotros estaremos aquí para verlo.
Hijo mio corren malos tiempos para los nuestros, pero por duros que sean otoño e invierno, tras la larga espera siempre florecerá una nueva primavera...
Y el niño quiso ser hombre como su padre, y pudo dormir sin miedo. Y el hombre quiso ser niño como su hijo y no pudo conciliar el sueño.
Hijo mio corren malos tiempos para los nuestros, pero por duros que sean otoño e invierno, tras la larga espera siempre florecerá una nueva primavera...
Y el niño quiso ser hombre como su padre, y pudo dormir sin miedo. Y el hombre quiso ser niño como su hijo y no pudo conciliar el sueño.