domingo, 22 de agosto de 2010

62.- EL PAQUETE DE YUSTE



EL PAQUETE DE YUSTE.


Juanito tenía siete años, una de sus aficiones preferidas era la de recorrer los bares de putas de la avenida, y buscar cajetillas de tabaco vacías de aquellos soldados americanos provenientes de no se que guerra en la selva de un país lejano.
Luego en casa se dedicaba a recortarlas para pegarlas en una libreta. Por aquel entonces la cosa estaba jodida y los álbumes de cromos eran inalcanzables.

También le encantaba sacarles unos centavos a esos grandes soldados de pelo claro, centavos que luego transformaba en cigarrillos sueltos que les vendía el viejo del kiosco.
Un buen día decidió que ya era hora de tener su primer paquete de tabaco. Así que tras reunir un par de dólares… armado de valor los cambió por pesetas en la gasolinera, que en aquella época era una especie de peculiar banco. Se fue al estanco y compró un paquete de Yuste. Y en la estación de trenes que había junto a su casa, abrió el paquete para fumarse un cigarro.

Por la noche al acostarse y con el tabaco bajo la almohada, no conciliaba el sueño, debía encontrar un lugar seguro para esconder aquello. Sin hacer ruido saltó de la cama, para no despertar a sus padres y se fue directo a la cocina. Instintivamente cogió del mueble una lata de conservas… sacó la lata de la caja en la que venía y metió el paquete dentro. Volvió a poner la lata en el mueble y arrojó la caja de cartón con la prueba de su delito por la ventana…
…Pero continuó si coger el sueño. Seguramente algún vecino vería en el patio la caja de conservas… le daría una patada y notaría que pesaba demasiado para estar vacía, y demasiado poco para tener la lata dentro… la abriría y descubriría el paquete de Yuste al que faltaba un cigarro… subiría a casa abriría el mueble de la cocina y estaría la lata sin caja… entonces caería fulminado al suelo para dejar por siempre este mundo…

Juanito pasó muchas noches de su vida sin poder coger el sueño…

Juanito tenía 77 años y había consumido su vida tratando de ser buen hijo primero y buen padre después. Había cumplido con todas las normas habidas y por haber. Había hecho lo posible y lo imposible por sacar adelante a los suyos. Y ahora su propio hijo le había dejado en aquella residencia de ancianos.

Juanito llevaba muchas noches sin dormir… Estaba harto y cansado… y se entregó al arrepentimiento… Se arrepintió de no haberse fumado aquel paquete de Yuste entero y de no haber aprovechado aquellas malditas noches sin dormir… Pero pronto vendría la liberación… Ya no tendría que soportar más los maltratos de aquella enfermera...y ella sería la victima de su venganza…

Aquella noche, sin hacer ruido saltó de la cama… y armado con el mismo valor que el día de la gasolinera, se dirigió a la cocina… su plan era terrorífico…cambiaría las pegatinas de los botes de azúcar y sacarina… y entonces por la mañana, cuando aquella maltratadora le echase a su café el endulzante equivocado…caería fulminada para abandonar este mundo.
Juanito, muy despacio, abrió el mueble de la cocina y antes de que sus manos pudiesen alcanzar los botes… su corazón dejó de mandar sangre al celebro y Juanito cayó fulminado al suelo para dejar por siempre este mundo…

3 comentarios:

CarlosR dijo...

Me ha dejado sin palabras la historia.
Y ahora que lo pienso, lleva toda la razon. Lo que no se haga en su momento, no se hace nunca, y tiempo despues cuando lo intentas, no puedes.

Lo siento por juanito. Siempre dedicandose a los demas para acabar tirado en un asilo.

ELRUTEROSOLITARIO dijo...

Gracias Carlos. La verdad es que nos llevamos toda la vida sometido a las normas impuestas por los demas, incluso por nosotros mismos. Y en la mayoria de las ocasiones cuando tratamos de revelarnos es demasiado tarde. SALUDOS DESDE LA CARRETERA.

VigoRuter dijo...

Por eso tenemos que intentar disfrutar el momento; mirando el futuro si, pero sin obsesionarnos con él.
"No dejemos para mañana, lo que podamos hacer hoy" tal vez no exista un mañana.