martes, 10 de junio de 2008

19.- A LOMOS DE UN SUEÑO



Publicado en la revista virtual Mondo Biker.

A LOMOS DE UN SUEÑO


Érase una vez un pueblo perdido en el que vivía Pepito Barrendero. Su vida era en blanco y negro y siempre iba mirando al suelo. Le apasionaban las manchas de aceite que adornaban el asfalto, desde pequeño. ¡Cuantas veces su madre le había pegado por llegar a casa con los pantalones machados y grasientos!. Su vida era triste y solitaria y ¡Joder! Le gustaba empujar su carrito de dos ruedas, con su recogedor y su escoba para barrer la basura de su pueblo. Una extraña sensación recorría sus pensamientos al ver las manchas de aceite dibujar miles de historias en el pavimento. Era pirata y guerrero, héroe y villano, deshacedor de entuertos, podía ser lo que quisiera tan solo con mirar al suelo, por eso Pepito Barrendero nunca levantaba la cabeza para mirar al cielo.
Un día aparco su carro de dos ruedas frente a la puerta del bar y pasó a dentro, dejó en el perchero su chaqueta de barrendero, y en la barra pidió un café como a el le gustaba: solo y negro.
Un hermoso sonido se oyó en la calle fuese lo que fuese paró en la puerta del bar y el individuo pasó a dentro, se quito su chupa de cuero y la colgó junto a la chaqueta del barrendero. Se acercó a la barra y pidió un café como a el le gustaba: solo y negro.
Se cruzaron las miradas, Pepito terminó su café y se dirigió hacia el perchero pero en vez de su chaqueta por error cogió la chupa de cuero.
Al salir a la calle junto a su carro vió una mancha de aceite en el suelo y encima de ella un hermoso Hierro.
Pepito arrancó la moto metió primera y se encaminó hacia la única rotonda que había en el pueblo, entonces fue cuando pisó el freno y una puta mancha de aceite hizo que diera con sus huesos en el suelo.
No podía mover su cuerpo, pero tumbado boca arriba pudo ver por primera vez el cielo.
¡Pepito ha muerto! gritaban los vecinos del pueblo, pero el dueño de la moto al acercarse pudo ver en sus labios una sonrisa y en el rostro la marca del Viento, y supo que el barrendero rodaría en el paraíso A LOMOS DE UN SUEÑO.


P.D. Dedicado a todos aquellos que comparten el mismo sueño.

EL RUTERO SOLITARIO.

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