
En algun lugar una cenicienta llora en silencio,
entre cuatro frias paredes y bajo un humedo techo.
Cansada de bajar la mirada al suelo,
con una daga clavada en su pecho.
Una cenicienta de pelo largo que no pudo soltarse el pelo,
y a pesar de tener alas nunca remontó el vuelo.
Que se agarra a la sonrisa de un recuerdo,
que tiembla al notar en sus manos el roce de unos dedos.
Que se pierde en el mundo de los sueños...
buscando al principe que nunca encontró en el cuento.