lunes, 9 de junio de 2008

16.- LA NAVIDAD


LA NAVIDAD



El mundo se disfraza de color mientras la realidad permanece a oscuras. Desde muy temprana edad, por estas fechas un extraño sentimiento de tristeza me invade y el paso de los años solo ha servido para que se haga más grande. Y lo intento siembro desde la puerta de la calle hasta el interior de mi casa una alfombra de caramelos, pongo tres copas de anís para los magos de oriente y un cubo de agua para los camellos. Por la mañana los niños se levantan y lo primero que hacen es comprobar las copas y el cubo vació. ¡Han venido!, gritan mientras yo les miro con mi aliento apestando a anís. Hay regalos para todos y yo solo pienso que valla forma injusta de engañar a un niño. Quizás sea un insensible pero no puedo evitar pensar en los niños que lloran en las playas sudamericanas porque sus padres están lejos, mientras que el Capitán Pescanova en esas mismas costas, llena las bodegas de su barco de langostinos que llegaran a nuestras mesas. Quizás sea un insensible mientras ceno con la familia y pienso en la cantidad de reuniones familiares que acabarán en guerra cuando el alcohol nos haya quitado las mascaras.Quizas sea un insensible mientras veo los anuncios navideños y pienso en las broncas de los apacarmientos de los grandes almacenes, mientras sus dueños se frotan las manos. Quizás sea un insensible mientras desde el calor de mi hogar pienso en los sin techo que mueren de frió.
Llega la navidad y las guerras siguen, la dictadura del petróleo sigue. Siguen los maltratos, los miedos, las injusticias, los niños desamparados, el tráfico de personas, el frió de la humanidad es mas frió si cabe mientras el pavo aun esta caliente en su bandeja sin ser comido. Y yo sigo buscando el espíritu navideño sin encontrarlo desde muy temprana edad.
La navidad es una mierda inmensa envuelta en papel dorado con luces de colores a su alrededor, que un gordo borracho vestido de rojo nos trae entre sus manos. Y no me extraña nada, hay que estar demasiado borracho para hacer semejante regalo.
Si pudiera alejar los males del mundo al menos durante estos días me disfrazaría de gordo borracho vestido de rojo. ¡Que digo! Me bebería la mar de un trago si fuese capaz de alejar los males del mundo durante cualquier noche del año, esa si que sería una verdadera NOCHE DE PAZ…….

Bueno ahí tenéis mi árbol, poned vosotros los regalos debajo...…………

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido amigo, prueba a pasar esa noche de paz en Afganistan y verás que allí si que no existe el Gordo borracho o los magos de oriente. Un país en la edad media donde no se ha permitido que Dios exista...
Feliz Navidad - Blackhawk desde las cada vez menos islas afortunadas.